Me cuesta comprar el optimismo de los demócratas para las elecciones de la próxima semana en Estados Unidos, a pesar de que las encuestas indican que el partido de Bush corre el riesgo de perder la mayoría en el Senado y en la Cámara de Representantes.
A lo mejor quedé traumatizado con la derrota de Kerry en el 2004, cuando muchos pensábamos que no era posible perder la elección con un oponente tan desprestigiado, tan leso para hablar, y tan poco preparado para el cargo. Esa vez no le hice caso a mi propia corazonada pesimista y me subí al carro de las cuentas alegres. Haciendo mis recorridos puerta a puerta me fui convenciendo de que era una pelea casi ganada, sin darme cuenta de que la convicción era un mecanismo sicológico para aguantar el frío, los portazos, la indiferencia o la hostilidad de algunos electores.
Esta vez no soy optimista, y ojalá que me vuelva a equivocar. Lo que tampoco he hecho este otoño es participar en la campaña. Me dio rabia con la incapacidad de los demócratas y con la ingenuidad idealista de los que dieron la pelea por ganada antes de tiempo en lugares clave, como Ohio. Me dio rabia con la campaña de Kerry, que no dejó de pedir plata y más plata, pero que terminó con un excedente de 5 millones de dólares que pudieron haber dado vuelta las cosas en el Medio Oeste. No, esta vez me he hecho el indiferente hasta con los llamados de los cabros de Move-On.Org.
Pero igual me siguen llegando correos como el que traduzco a continuación. Lo pongo aquí para ofrecer una mirada a cómo se están haciendo las campañas políticas en Estados Unidos en estos tiempos de guerra, quizás la época más oscura, retrógrada y deprimente que me ha tocado vivir en este país.
Estimado miembro de Move-On:
Olvídate del lavado. Deja que los platos sucios se acumulen. Saca la comida instantánea y diles a los niños que hagan solos las tareas. Esta semana, tenemos algunas llamadas telefónicas por hacer.
Tenemos siete días –eso es, 168 horas—para lograr influir en esta elección. Y por todo lo que nos importa –nuestros hijos, nuestra Constitución, nuestro mundo—la influencia tiene que ser enorme.
Empezamos bien. Ayer rompimos la meta fijada, con más de 83.555 llamadas a simpatizantes demócratas que tal vez estaban pensando en no votar. Se trata de una tarea importante, una tarea que podría cambiar el resultado de algunas carreras electorales. Y eso quiere decir que tenemos todos que arremangarnos y tirarnos a la piscina.
¿Podrías contribuir con una hora –o media hora—de tu tiempo para hacer algunos llamados? Es hora de unirse. Sólo tienes que inscribirte en este enlace:http://pol.moveon.org/phone/volunteer/?id=9347-1529244-S.2d1h.wTXtIB57Q1PW3lA&t=2
Las llamadas funcionan. Lo sabemos porque las hemos testeado. Gente de verdad llamando a gente de verdad hace la diferencia. Las llamadas pagadas no son tan efectivas.
Pero estos llamados también cambian la vida de la gente.
Porque esta semana, un voluntario de MoveOn marcará un número y hablará con una mujer que no estaba contemplando votar. Tal vez se trate de una madre soltera: ella trabaja y luego vuelve a la casa a cuidar a los hijos.
Ella tiende a votar por los demócratas, pero no tiene tiempo en su vida para la política. Pero cuando un miembro de MoveOn la llame, ella va a escuchar con atención.
Y le diremos lo que es posible: mejor educación y salud de verdad para sus hijos, un Congreso que hará algo sobre Irak, un país en que nadie tenga que irse a acostar con hambre. Y ella va a sonreír, y al terminar la conversación ella va a decir: “OK. Lo voy a hacer. Voy a votar”.
Ella puede ser la electora que desequilibre la balanza de su elección— chuta, puede ser hasta el voto que ponga toda la cámara de representantes en manos demócratas.
Y esta semana tenemos la oportunidad de mostrarle a ella – y a cientos de miles de gente como ella—su propio poder.
¿De qué te vas a acordar en 10 años? Del memorandum que le escribiste a LuAnn en contabilidad? ¿De la clase sobre el alto modernismo que te dormiste entera? ¿O de cómo te sentiste al mirar los resultados el martes en la noche, sabiendo que nuestra pesadilla nacional está llegando a su fin y que tú ayudaste a ponernos arriba en el marcador?
Créenos: los platos sucios pueden esperar.
Gracias,
-Adam, Natalie, Carrie, Karin y el Equipo de Acción Política MoveOn.org.
Martes 31 de octubre de 2006.Apoya nuestra organización de voluntarios: Move.On.org es financiada en su totalidad por nuestros 3,2 millones de miembros. No tenemos contribuciones de empresas, no tenemos financiamiento de instituciones públicas ni privadas, ni dinero de los sindicatos. Nuestro mínimo staff garantiza que las pequeñas donaciones sean aprovechadas al máximo. Si quiere apoyar nuestra labor, puede donar en;
A ver si en un posteo próximo me consigo una carta similar, pero del lado oscuro, de los que odian a MoveOn.org como si fuera el demonio mismo.
Pienso lo mismo. Lamentable. Cheers,
Lo importante sería saber si lograrán convencer a Homero, quien es el que decide (casi) siempre las elecciones. De otra manera, no puedo entender muchas cosas.>Saludos desde la Escuela de Extensión de Reductiva.
Roberto,>>por suerte esta vez te falló el olfato político 🙂>>A la distancia, se ve simpática, enérgica e inteligente la señora Pelosi. Ojalá los demócratas puedan efectivamente bajarle el moño a los afanes dictatoriales de Arbusto jr. De paso, estoy terminando de leer una biografía de Nixon que enseña mucho acerca de la vocación conservadora e imperial de USA. Apenas la termine sigo con una de Kennedy y luego con la de J. Edgar Hoover, a ver si así me hago con un mapa decente de los poderes fácticos made in America.>>Abrazo múltiple, Silva incluida.