La Polla Gol fue desplumada, allanada la Central de Fútbol y detenidos preventivamente centenares de dirigentes y propietarios de clubes, quienes fueron trasladados en camiones militares a las ruinas todavía humeantes del Estadio Nacional. A ese lugar debieron también presentarse -según un bando transmitido por todos los medios de comunicación- los socios activos del club Colo Colo, especialmente aquellos que, siguiendo una tradición inmemorial, habían despedazado sus carnets después de la fatídica derrota para demostrar su descontento. Se urgió a la ciudadanía a cooperar en la caza de "todo simpatizante exaltado del mal llamado club popular". Me atrevo a decir que todos sentimos lo mismo: ese sueño ya lo habíamos tenido.