Nabokov es implacable aun cuando se hace el bueno. Sabe que hay traductores que se saltan las partes difíciles, pero los comprende y los excusa, siempre y cuando de verdad no entiendan qué diablos quiere decir el original. El que no merece perdón es el tipo arrogante, el traductor pagado de sí mismo que se cree adalid de idiotas e inocentes.… Seguir leyendo El sueño del traductor imposible